"Volver mi corazón de piedra; mi rostro de acero. Engañar y ser engañada, y
morir: ¿quién sabe? Somos cenizas y polvo".

Alfred Tennyson.















9 oct 2011

Nostalgia de tí

A menudo la recordaba. Tal como era. Ella. Sin más.
Recordaba su piel arrugada, su pelo que, a pesar de la edad, aún no era blanco y sus ojos de ese color gris que siempre le habían encantado.
Recordaba su sonrisa, el guiño de ojos que expresaba complicidad y los abrazos que se daban.
Recordaba su inteligencia, que siempre había envidiado y admirado al mismo tiempo. Su forma de ver las cosas de otra forma, de afrontar los miedos y las dificultades con optimismo, de ocultar su sufrimiento a los demás.
Recordaba el sonido de su risa, su voz, su forma de ser. La manera en que siempre se manchaba las camisetas al comer.
Recordaba la emoción que ponía cuando la hablaban de cualquier cosa, por insignificante que fuera. El amor que tenía a su marido, sus hijos, sus nietos y por toda la gente en general, el cariño con que trataba a todos.
La recordaba tanto y tan nítida que no podía evitar echarse a llorar, porque ya no podía verla, ni hablar con ella. Ya no podía escuchar su voz ni su risa.
Ni siquiera podía ver como se manchaba al comer.

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