"Volver mi corazón de piedra; mi rostro de acero. Engañar y ser engañada, y
morir: ¿quién sabe? Somos cenizas y polvo".

Alfred Tennyson.















26 ene 2011

Experiencias.

A menudo nos preguntamos qué es aquello que nos falta en la vida. Sabemos y somos conscientes de que nunca tenemos suficiente, que si muriéramos mañana, no  estaríamos satisfechos con nuestra vida. Es entonces cuando nos empieza a invadir ese miedo a envejecer, a que pase el tiempo y nos sigan quedando cosas por hacer. Comenzamos a pensar en todo aquello que nos negamos a hacer, en todos los caminos que dejamos a medias, en los sueños que ignoramos. Pero no nos damos cuenta de lo vivido. Los lugares a los que hemos ido, los colores, la lluvia que nos empapa la ropa y nos moja por dentro, la nieve que nos congela las manos y que se nos mete por el cuello de la camiseta, sentir los rayos de sol en una mañana de frío, el cielo morado al atardecer, la sensación de picor en la garganta cuando se te mete agua salada en la nariz, los pies cansados de una noche entera con tacones, los labios hinchados de besar, el rímel por las mejillas de haber estado llorando, los amigos que no dejan de arrancarte sonrisas en todo momento, la música que te pone los pelos de punta y que te deja sin palabras, aprender algo nuevo cada día...
Yo creo que vale la pena vivir por esas sensaciones, para mí, la vida es eso. Experiencias.


Porque envejecer no es malo, envejecer es un premio.

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